Incursión en Busca de la Historia de la Acelga

Acelga

Un huerto es una especie de comunidad de fraternidad  donde viven y prosperan hermanos, primos y parientes,  sin perturbarse  y sin competir entre ellos. De un lado viven los hermanos, hijos de la misma madre, como son la acelga y la remolacha, y un poco más allá las primas, como la espinaca (Spinaca oleracea), todas pertenecientes a la misma familia de las Amarantáceas. ¿Hermanas la acelga y la remolacha, me dirá usted, no se habrá equivocado? Si. Se lo digo. El origen de la acelga (Beta vulgaris var.Cicla y de la remolacha (Beta vulgaris) se localiza  en las costas europeas del Mediterráneo y en las islas Canarias. Y ambas proceden de  la misma madre, de la Beta marítima o acelga marina. Hay tres tipos de acelga : la común o blanca, la forrajera y la silvestre.

La acelga es conocida y consumida desde la antigüedad clásica. Aristóteles, por ejemplo, cuenta en alguna parte que comía acelga en su tiempo, en el siglo IV a.C.. Seguramente en su casa la comía en sopa, porque, entonces, la acelga no se consumía cruda. Su empleo en ensaladas probablemente sea relativamente tardío, desde el siglo XVII. En correspondencia con ese uso en la mesa europea, creció el cultivo de la acelga en los campos  y su consumo en los hogares europeos desde la segunda mitad del siglo XX,  pero sin lograr estabilizarse en altos niveles de consumo. La acelga, como se sabe, es una planta bianual, y florece durante su segundo año de cultivo.

La acelga marítima, la madre,  es una planta silvestre que abundaba en las orillas del mar Mediterráneo y del océano Atlántico. Los antiguos griegos la llamaban sikelé, que quiere decir sicilianas, porque abundaban en Sicilia.  Los celtas y los germanos también la cultivaban  al inicio de la era cristiana. De la voz sikelé , los árabes formaron as-silqa, y de allí vino el nombre de acelga en castellano El término francés que la designa,  bettes o blettes,  viene del latín medieval beta.  Hay otra denominación, que es poirée o porée, que designa a la sopa más popular en Francia durante la Edad Media. De porée viene puré

La acelga se popularizó  en la época de Carlomagno (787-814), cuando era contada  entre las cuarenta y tres plantas usadas como condimento.  Se consumía mayormente en sopas. A partir del siglo XVII  empezó a usarse como ingrediente de ensaladas. Y luego, desde el siglo XIX, en tortillas y otras preparaciones horneadas o fritas. Pero, desafortunadamente, su popularidad comenzó a decaer.

Las revistas de divulgación alaban  su condición hipocalórica, de apenas 20 kcal por 100 g, y su riqueza en  agua (91,1 %), fibra (0,8  g), hierro (3,2 g),  calcio (88 mg),  vitamina A (6.500 U.I.) y vitamina C (3,2 mg).  Y recomiendan sus hojas como un excelente laxante y digestivo.