El fruto del árbol de olivo (Olea europae) es la aceituna u oliva. De la que se extrae el aceite de oliva, del cual hablaremos, largo y tendido, otro día. Ahora solo quiero decir que el olivo es un árbol oriundo del Oriente Próximo, aunque no se conoce con certeza su origen específico. Ese origen probablemente sea en la región de la cuenca del mar Mediterráneo oriental y en Italia, donde se cree se originó hace de 20 a 40 millones de años, durante el Oligoceno. Se sabe, por evidencias arqueológicas, que la oliva se utilizaba desde tiempos prehistóricos, y que probablemente su cultivo se inició hacia 4.000 años a.C. Algunos historiados aseguran, no obstante, que las aceitunas se comercializaban en Creta en 3.000 años a.C., y que la base de su gran riqueza.
El nombre del olivo deriva de la palabra cretense elaiwa y de la griega elaia, que procede, a su vez, de la semítica ulu, y dio oliva en el francés antiguo. Luego se transformó en la palabra oleum, que más tarde originó la oli de las lenguas romances.
La palabra aceite proviene del semítico zayt o zait, que pasó a la lengua hebrea como zayith, y a la árabe como zait o zaitum, que derivó al castellano como az-zait, que significa “jugo de olivas”, y que luego dio aceite. Esa palabra también puede venir, es una posibilidad, del latín oliva y óleum.
La palabra aceituna viene de zait, emparentada con la voz oz que designa al aceite: az-zait. Se ubica en el árabe hispánico como azzaytuna, relacionada con la voz árabe zaytunah, con raíz en el arameo zayta
Zai, el olivo, se convirtió en la cuarta letra de los primeros alfabetos, después de Aleph (el buey), beta (la casa) y gamal (el camello). El ganado, la casa, el transporte y la agricultura constituían los cuatro pilares fundamentales de una civilización activa.
De la oliva se obtiene el aceite, pero hay una variedad de olivo silvestre, con espinas y pobre en aceite, conocida en lengua berebere como zenboudje, que se convirtió en el vocablo acebuche.
La voz olea puede hacer referencia a un territorio situado en el norte del Monte Olimpo, y la voz habrea zait, a un lugar al oeste de Egipto, en el delta del río Nilo, de donde, según una leyenda, procedía Cécrope, fundador de Atenas. Platón menciona en sus escritos a zait o sais, una ciudad situada en Libia, en la parte oriental del delta del río Nilo.
La referencia escrita más antigua sobre el aceite de oliva fue el registro de una importación hecha por Egipto en la época de la IV Dinastía (2600 a.C.), procedente de Palestina y Siria. Y la referencia más remota del olivo, es la mención de un olivo sagrado en Heliópolis durante la V y VI Dinastía. En una escritura ofrecida por el faraón Ramsés III al dios Ra, aparecida en un papiro egipcio del siglo XII a.C., se hace ofrenda de los olivares plantados en torno a la ciudad de Heliópolis: “De estos árboles puede extraerse el aceite más puro que mantendrá flameantes las lámparas de tu santuario”.